Ana María López Ramón
Socióloga
Universidad de Antioquia
Hay dos frases que siempre recuerdo por lo que representan, por el momento en que las escuché y por la situación en que sabiamente las dijeron.
“Lo que hacemos no nos define”.
“Si juzgas a un pez por su capacidad de subir a un árbol, siempre creerá que es un idiota”.
Culturalmente hacemos parte de un conjunto de dinámicas y roles que nos exhibe en sociedad, con una etiqueta pegada en la frente que cínicamente dice, que las atribuciones sociales que tienen ciertos oficios y pasiones es lo que realmente somos. Fácilmente un ingeniero que trabaja como taxista, una enfermera que le gusta desempeñarse como mesera 3 noches a la semana, una politóloga que es actriz o una psicóloga que le encanta hacer pan, o yo, una socióloga y comunicadora que ama hacer bolsos, diseñar ropa y escribir… También tenemos cerebro y sirve para mucho.
Al igual que ellos y muchísimos más, nuestras carreras y pasatiempos, son solo oficios que desempeñamos porque nos gusta y a otros porque les toca. Pero decir que “el cerebro no le dio para más” simplemente porque no se desempeña en lo que con esfuerzo estudió, o que “siempre fue malísima para el estudio, por eso es taxista”, o “a ella no le gusta trabajar, por eso es actriz”, cuando es una carrera que al igual que otras exige tiempo, estudio y mucha dedicación; “estudiar psicología es muy fácil y ni así pudo conseguir trabajo: bruta”; “le tocó ponerse a vender camisetas y él dice que es su empresa”…Y puedo seguir mencionando comentarios absurdos que a diario escuchamos muchos de los que rompemos con el estigma de eres lo que haces y debes hacer lo que estudiaste.
NO! Por eso las capacidades y los gustos hacen parte de un mundo diverso, donde el espacio donde nos desarrollamos profesional y personalmente es sólo una ventana de acción de las múltiples que tenemos en nuestra vida. Hay muchas personas que estudian una carrera y se desenvuelven en ella y los aplaudo, también aplaudo a los que estudian una cosa y hacen otra y sigo aplaudiendo a lo que nunca estudiaron y hacen algo.
Sólo cuando la gente conoce tus capacidades y lo que puedes crear con ellas, sólo en ese momento sabrán que el pez es un excelente nadador.