Por: Diana Samulewitsch Sanclemente
Docente del Programa de Psicología, Fundación Universitaria de Popayán
La Comuna 7, una de las más extensas de Popayán sitúa la dimensión de la realidad de esparcimiento y entretenimiento de jóvenes jugando al ‘punteo y el apostao’, así como el expendio y consumo del vicio –marihuana y sacol o bóxer (pegante)-. Risas van y vienen, con mucha euforia y sensación de plenitud generada con cada inhalada mientras se ‘parchan en la esquina’. Aquí aparecen sensaciones que llevan a la hostilidad si es el caso. Por ahí dicen algunos que los conocen “lo más duro es tener que aguantar ese olor todos los días… y más bien terminan acostumbrándose a eso”– sin decir que hagan lo mismo-, y “cuando pelean con los del otro lado… terminan pagando los que no tienen que ver”. Pero de lo que pasa aquí, es porque “los muchachos no tienen ocupación y los más pequeños están viendo lo que los grandes hacen”.
A inicios del año pasado, momento en que la tensión, amenaza y desesperanza son resultado de diferentes hechos violentos por enfrentamientos entre jóvenes de pandillas que pelean por causas múltiples, entre las que se destacan las barreras invisibles de los límites entre la quebrada Pubús y el barrio Narazet, contiguo al barrio Santo Domingo Savio; son asesinados varios jóvenes en estas peleas; otros son capturados y puestos en medidas de aseguramiento y una cantidad menor abandona el sector. Se destaca un enojo y temor en las familias de los jóvenes asesinados y un gran alivio entre los vecinos testigos, de modo que el problema se emplaza hacia un nuevo panorama de situaciones y un contraste en el sector.
Recorremos el lugar y buscamos en rincones, todo aquello diferente que exalte a las personas y en muchos momentos, hemos encontrado claves al acertijo. Nos fuimos de paseo con los más pequeños y sus familias y en medio del disfrute de una actividad deportiva y recreativa, el entrenador ubica unos talentos. Ese niño, ese joven, es brillante pero no lo sabe, tampoco lo sabe su familia pero es cuestión de algunas palabras para que pronto se anime y quiera volver a intentarlo. En medio del diálogo, nos damos cuenta que ese niño y ese futuro hombre, tiene una historia muy particular, que lo hace diferente y vulnerable. Inmediatamente, empezamos a comprender lo duro que es vivir en medio de historias y acontecimientos que no debieron suceder y no desearon vivir.
La historia de –Kami- es una historia singular que comparten varios jóvenes del sector. A sus 14 años ya tiene mucho que contar, pero es un chico bien discreto, educado y con sueños de estar con su mamá y hermanos. Quiere jugar fútbol y “ser grande si Dios se lo permite”. Su hermana mayor sabe que es pasarla mal, pues los dos fueron entregados a hogares sustitutos por un buen tiempo y luego fueron separados mientras definían su custodia. Con cuadro de desnutrición fueron entregados a su madre quien no podía mantenerlos en algún momento y cansada de pelear con el padre de los menores, decide entregarlos al Estado. Pasado el tiempo, después de una lucha constante, la madre emprende nuevos caminos y llegan nuevas personas, más hijos, el hermano menor –Kris-, producto de una nueva relación de la cual hoy no queda sino la separación y la responsabilidad de la madre y sus hermanos mayores para criarlo. Sin embargo, es una familia unida, cada uno tiene labores asignadas para que todo marche mejor y mientras lleguen otros tiempos…
Qué decir, el espectro de posibilidades se angosta cada vez que las personas pierden la fe y su esperanza, pero en Santo Domingo Savio todo es diferente porque luego de la vivencia cotidiana, se rompe el ciclo y se demuestra que la dureza y dolor tienen recompensa, y que sí hay tiempos alternos a lo malo, después de la tempestad llega la calma, y con ello la ilusión de buenos tiempos y generaciones mejores. Las fantasías y sueños son el motor de acción y es el sostenimiento como un importante alimento en medio de momentos de escases de oportunidades, y mayores preconcepciones y estigmas de la sociedad.
Encontramos aquí también un sector de características diversas, gran territorio, dotado de espacios amplios y abiertos, con algunas zonas verdes y parques adecuados con matas, llantas pintadas, tierra, calles en piedra y muchas de ellas angostas; casas fabricadas con diversos materiales que van de latas y alambres a tablas, ladrillos y cemento; de gente proveniente de varios municipios del Cauca, gente humilde, gente amable, sonriente, conversadora; de niños y niñas de todas las edades, amorosos, siempre saludando, corriendo, abrazando y jugando; jóvenes y adolescentes un tanto tímidos, distantes, prevenidos pero cordiales, de los cuales no esperamos menos, siendo todos ellos y ellas, las personas apoderadas del sector.
A diferencia de otros barrios de Popayán, éste ya cuenta con muchas virtudes y capacidades, claro ejemplo es Kami. Es un lugar singular y mágico, que evoca un paisajismo único de atardeceres claros, alegres y con un vistazo hacia el cielo todos los días cerca de las 6 de la tarde cuando los aviones pasan por este lugar para aterrizar en otro punto de la cuidad. A esa misma hora y acercándose la noche, llegan los señores y jóvenes que trabajan y se dedican a labores variadas, fuertes y duras, como la construcción, la ebanistería o el mototaxismo como servicio de transporte que no se considera legal en la ciudad, entre los más nombrados. Los helados, gelatinas, yogures, papa rellena, arepa y tamal, así como la venta de ropa y productos por catálogos y rifas son emprendimientos de mujeres y madres del lugar.
Sin proponérnoslo nos habíamos preguntado en varios momentos ¿cómo gente tan maravillosa, con niños, niñas traviesos, alegres, transparentes, inocentes; jóvenes humildes, curiosos, creativos, inteligentes; y mujeres, líderes en su lucha para el sostenimiento de la familia y su economía, viven, emprenden y construyen nuevas generaciones?.
Encontramos lo más increíble de las generaciones de este sector en la cotidianidad de sus vidas, en los talentos de los niños y niñas para el deporte como el fútbol, voleibol y patinaje; el gusto y disfrute por la recreación y ocio creativo con la estrategia de la pintura, la música y el interés de los jóvenes por aprender de la estrategia del ajedrez, grafiti y rap como nuevas tendencias en las prácticas de los jóvenes de la ciudad. La capacidad de las mujeres y madres emprendedoras con el oficio del rebusque para solventar necesidades primarias. Con sello de estigmatización se caracteriza a esta comunidad por su vulnerabilidad al conflicto y prácticas violentas por la apropiación de territorios y convivencia entre vecinos, con todo ello, las generaciones más increíbles están aquí.