Por: Silvia Margarita Cardozo Escobar, estudiante del programa de Comunicación Social de la Fundación Universitaria de Popayán.
Los universitarios constituyen un grupo de riesgo que pueden vivir etapas de ansiedad y depresión. Sus exigencias psicológicas, sociales, familiares, económicas, académicas y elevado nivel de estrés hace necesario que las universidades presten sus servicios de orientación y psicología que ayuden a tratar estos estados.
En la universidad, la mayoría de la población son adolescentes o adultos jóvenes, quienes se encuentran en proceso de construcción de su proyecto de vida. Durante este trayecto, se asumen nuevos roles sociales, aumentan las presiones de la adultez, lo que puede causar una mayor vulnerabilidad frente a trastornos psicosociales y es ahí donde el psicólogo se convierte en un guía estudiantil.
Busca al psicólogo si tienes dificultades
En la vida se presentan en ocasiones dificultades educativas y personales que pueden llevar a los jóvenes a presentar un bajo rendimiento académico. Sin embargo, se ha inculcado la creencia absurda que solo acuden al psicólogo quienes están locos; incluso se teme al ‘qué dirán’, hasta el punto que prefieren no asistir por el temor a ser juzgados.
Linda Narváez, egresada de la Fundación Universitaria de Popayán, magister en psicología de la salud de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y quien actualmente hace parte del grupo de Bienestar Institucional de la Fundación Universitaria de Popayán en entrevista para El Claustro dice que:
“Deberíamos ver al psicólogo como un médico, al que vamos cuando no nos sentimos bien, cuando necesitamos que nos escuchen y nos guíen y cuando queremos poner nuestra salud mental por delante y en manos de profesionales. La salud mental va muy ligada a nuestra salud física, son factores integrales; todas las áreas que estabilizamos en el psicólogo, generan salud en la persona”, asegura la profesional.
Adquiere el hábito de ir al psicólogo
Lo ideal sería que todas las personas tuvieran conciencia de la importancia de ir al psicólogo como un hábito. No se debería esperar a estar en una crisis extrema de la vida o estar envueltos en problemas para asistir al psicólogo.
“Los estudiantes no tienen su salud mental como prioridad, tal vez por el tema de la estigmatización o los posibles comentarios de los compañeros y amigos que lo pueden ver como alguien débil o inestable. Además, porque no se conoce más allá de los comentarios sociales, qué es la psicología, entonces no se le ve la importancia que tiene”, agrega Narváez.
En la Fundación Universitaria de Popayán, el área de psicóloga clínica en lo referente a terapia individual y procesos terapéuticos, atendió en el año 2019 un promedio de 220 pacientes; 120 en el primer semestre y 100 en el segundo. El rango de edad oscila entre 18 y 26 años.
Linda Narváez expresó que debido a que ella es quien atiende estudiantes de todos los programas de la universidad (excepto los de Trabajo Social y Derecho, pues son atendidos por el programa de psicología de su propio centro de atención) llega un punto del semestre en el que el servicio colapsa y no se pueden asignar más citas, siendo varios los estudiantes que se quedan sin la debida atención.
Altos índices de ansiedad y depresión
El más reciente Estudio Nacional de Salud Mental revela que el 4,7% de los colombianos –aprox. 1’880.000 personas– sufren depresión, de los cuales el 25% – unos 470 mil individuos– son niños y adolescentes.
“Los problemas más importantes detectados en la FUP son catalogados al grupo primario de apoyo que corresponde al núcleo familiar: la mayoría de los pacientes refieren dificultades familiares en su infancia, esto desencadena episodios depresivos y ansiosos y dificultades con la pareja, sobre todo en los más jóvenes. Otros de los problemas principales son los duelos no resueltos y los pensamientos suicidas”, indica la psicóloga.
Estos estados mentales influyen en el rendimiento académico porque las personas diagnosticadas con depresión y ansiedad, tienen un cambio en su cerebro y por eso deben tener un proceso terapéutico interdisciplinar entre el psicólogo y el psiquiatra, con medicamentos.
Y presentan emociones tan extremas que interfieren en las relaciones y actividades cotidianas, porque no se está totalmente asertivo ni atento, ya que hay pensamientos recurrentes en esa emoción que está afectando.
Por ello, estas personas tienen un trabajo mayor que los demás en su salud mental, y esto influencia mucho en sus actividades académicas, familiares y demás.
¿Qué hacer? ¿dónde acudir?
Algunas cosas sencillas según la doctora Linda para evitar o saber manejar estas situaciones son: cuidar y mantener hábitos de vida saludables desde la alimentación, el ejercicio, tener pausas activas, saber distribuir el tiempo y las tareas; se debe sacar el espacio para monitorear las emociones y los sentimientos.
Hay un elemento que se utiliza ahora en la psicología clínica y es el Mindfulness, es una terapia de tercera generación que aborda la respiración consciente, la atención plena, el aquí y el ahora; saber cómo me siento y por qué. Esto ayuda a controlar las emociones en situaciones extremas o cuando se necesita estabilidad.
Otro factor relevante es tener redes de apoyo, la compañía; es saber con quién se puede contar en situaciones de crisis, pueda brindar consejos, o tener una actitud de escucha.
¿Cómo saber si hay depresión?
Linda señala que una persona con depresión o ansiedad se le identifica porque suele aislarse, es introvertida, negativa, padece de insomnio, a veces tiene ideaciones suicidas y se le dificulta solucionar cosas o situaciones así sean cotidianas. Aunque hay algunas otras que pueden demostrar felicidad y paz, pero por dentro pasan situaciones muy difíciles, el estado de ánimo que se refleja no determina cómo se está sintiendo.
A una persona en esta situación se le puede ayudar teniendo mucha compasión, comprensión, paciencia, respetando la posición del otro, no alejarlo con distintas actitudes, no minimizarlo, y lo más importante es no verla como una persona enferma. Una buena posición es que cuando esa persona quiera que la acompañemos, así sea con el silencio, estemos con ella, a veces no se necesita decir nada sino brindar una compañía sincera.
El papel del docente en la vida emocional del estudiante
En el ámbito académico, juega un papel muy importante el acompañamiento docente que no solo deber ser educativo y académico sino también integral. Un docente completo es el que se preocupa por la integridad del estudiante, el que se acerca, el que pregunta y se presta para que el estudiante manifieste lo que piensa y siente.
El papel del docente es considerar el estudiante como ser humano, el formarlo como persona y no solo académicamente.
A la hora de identificar que hay alguna situación, es importante que conozcan las rutas de atención, dónde pueden orientarlo, porque no siempre los docentes solucionan estas situaciones, pero sí saber dónde se puede orientar desde la universidad o desde las EPS.
Las universidades no pueden pensar que los estudiantes son solo un código, un número, una cifra o simplemente una fuente de ingreso; por encima de todos esos datos son personas, seres humanos que deben sentirse escuchadas y apoyadas acompañadas en todo momento, no solo en épocas de matrículas.
Aprender a ayudar a otros en casos de crisis
“Algo importante es que todas las personas deberíamos saber primeros auxilios psicológicos, y no se necesita ser psicólogo o un profesional de la salud mental para hacerlos, porque en cualquier momento alguien puede entrar en situación de pánico o en llanto descontrolado y nadie sabe qué hacer o cómo manejarlo”, finaliza Linda.
Los primeros auxilios psicológicos dicen: acérquese, escuche sin juzgar desde el silencio atento, desde la mirada, con toda la disposición para acompañar a la persona hasta que se calme.
En la FUP la psicóloga Linda Narváez desde el semestre anterior empezó a generar capacitaciones sobre primeros auxilios psicológicos e intervención en crisis y se espera que esta campaña continúe y se extienda para toda la universidad y fuera de ella.