Por: Nathalie Cuervo Pineda, estudiante de Comunicación Social FUP
Diferentes masacres y asesinatos se han presentado en el transcurso del año en los diferentes municipios del departamento como Corinto, El Tambo, Santander de Quilichao y el norte del Cauca.
Esta serie de muertes violentas se han venido presentando a pesar de las estrategias para enfrentar los violentos por parte del Consejo de seguridad de cada municipio; dentro de las investigaciones se les atribuye a miembros delictivos asociados al narcotráfico, la extorsión y la delincuencia común. Sin embargo, se desconocen las causas individuales de estos sucesos.
El Cauca continúa siendo uno de los departamentos con mayores índices de violencia del país a raíz de la operación en el territorio de estructuras al margen de la ley y a consecuencia de la dinámica social e iniciativas comunitarias y de lucha que se distinguen a nivel nacional.
Según un informe de las Organizaciones de la Mesa Territorial de Garantías en el Departamento del Cauca, desde la firma del Acuerdo de Paz en noviembre de 2016, han sido asesinadas 215 personas lideresas, defensoras de Derechos Humanos y familiares, 36 ex guerrilleros de las FARC – EP en proceso de reincorporación y 3 de sus familiares y 1 integrante del partido FARC. Estas estadísticas omiten los hechos violentos a los ciudadanos del común, quienes también han sido víctimas de asesinatos y desapariciones violentas presentadas en lo corrido del año.
Es de gran interés atender esta situación de emergencia que vulnera los Derechos Humanos en el Departamento del Cauca.