Por: Luis Fernando Becerra Pito, Comunicador Social
Fotos/Emanuel Baos
Con un sinnúmero de árboles e imponentes cúpulas se asoma la ciudad de Popayán acompañada de cerros, montañas y una increíble geografía local que le abre paso al gigante volcán Puracé quien se muestra ante la capital de vez en vez. Esta especial tierra que fundó Sebastián de Belalcázar en 1537 se esconde bajo un cielo inundado de tonalidades naranjas, rosadas, azules y amarillas, que parecen anunciar una fiesta de color que contrasta de forma perfecta con las edificaciones blancas de su Centro Histórico.
Popayán es una mágica historia de 481 años que continúa escribiéndose de forma única con el pasar de los años, y que a pesar de su evolución, sigue conservando con especial dedicación los vestigios que hacen remembranza al pasado y que definen parte de su presente. Dar un paseo por la ciudad es hacer un viaje histórico en el que sus calles, monasterios, iglesias, conventos, establecimientos gubernamentales e incluso sus casas singulares, conservan momentos del pasado y hacen una clara referencia a la época de la colonia y la independencia que le dan un matiz particular a Popayán, y que no se pierde con el pasar de los años. La capital del Cauca es, sin duda, una joya que mantiene todo su brillo sin dar alguna señal de caducidad.
Ciudad patrimonial
Con una variedad de estilos que se mezclan entre sí para conformar un Sector Histórico imponente y monumental, Popayán es un claro referente de la riqueza arquitectónica que dejó la época de la colonización en esta población. El renacimiento, el neoclasicismo, el republicano y barroco, son estilos que construyen un discurso que se extiende por numerosas cuadras a través de diferentes edificaciones y casas que hoy albergan temas económicos, gubernamentales, judiciales, universitarios y religiosos, o que hacen las veces de restaurantes o tiendas donde se cocinan los mejores platos de la ciudad.
Nombrado Belalcázar como gobernador de Popayán, en 1548 se consagraba la primera catedral por
Monseñor Juan del Valle, en la primera mitad del siglo XVI se construyeron La Ermita y la segunda catedral, los portales y casas en tapial y teja, se fundaron monasterios (Franciscano, Agustiniano, Carmelita y Dominico), un hospital y en 1642 el real colegio San Francisco de Asís, después vinieron la Torre del Reloj, El Mirador de las Monjas, el Puente de la Custodia y en el siglo XIX se terminaba el famoso Puente del Humilladero.
La inmensa riqueza de aquella época dio a lugar a la aparición de una singular arquitectura, cuyo estilo ponderado le suscitó su reconocimiento universal, los templos y casas solariegas se enriquecieron con valiosos ornamentos, estatuas de madera, las iglesias se enlucieron de custodias de oro y esmeraldas y el arte religioso ennobleció las capillas y las casas de los potentados payaneses; en los tiempos actuales es posible visitar la ennoblecida ciudad a través del Museo Arquidiocesano de Arte Religioso, las Casas coloniales de próceres y potentados como la casa del Encomendero, Isaacs, Valencia, Caldas, Mosquera y Arboleda. Muchas de ellas hoy convertidas en museos visitables.
El invaluable aporte de la ciudad en las épocas de la colonia y luego en la consolidación de la naciente república dió a lugar a una historia épica que se respira y se vive en la Popayán del presente.
Ciudad gastronómica
La capital del Cauca, incorporada como anfitriona de la Red de Ciudad Creativas de la gastronomía por la Unesco, alberga una gran variedad de portadoras de tradición y de cocinas tradicionales; recetas saladas y dulces hacen de la gastronomía local una amplia lista de sabores que se ha mantenido con el pasar de los años y que se nutre desde las cocinas parentales y las plazas de mercado de la ciudad. Carantantas, empanadas y tamales de pipián se unen al mecato típico de la ciudad con mantecadas, repoyas, aplanchados y liberales, que combinan a la perfección con bebidas locales como la aloha y el salpicón de baudilia, todos realizados en toldas, casetas, pequeñas tiendas o incluso cocinas escondidas en las que se preparan los mejores sabores de nuestra ciudad. Todo esto contrasta con el Congreso Gastronómico de Popayán, evento de índole académico que consolidó a la ciudad en temas culinarios y que en compañía de la cocina tradicional, hicieron que en el año 2005 la Unesco declarara a Popayán como la primera Ciudad de la Gastronomía dado el significado patrimonial que esta tiene para el pueblo colombiano.
Bienvenidos a Popayán, a la ciudad que va más allá del blanco para ser un escenario de total riqueza cultural en el que las tradiciones se avivan con el sentir y el amor propio de sus gentes. La ciudad histórica, gastronómica, monumental y patrimonial abre sus puertas para ser descubierta con todos los sentidos desde todos sus rincones.