Por: Xiomara Rodríguez, estudiante de Comunicación Social FUP.
Tinta Roja, una narrativa inspirada en la realidad ‘fangosa’ del periodismo, una mierda inédita pero aplaudible ante los ojos de una sociedad masificada que no le importa la investigación en su redacción, sino que eleva el amarillismo como su medio de sensación; ya decía Vargas Llosa que “el amarillismo y el entretenimiento han pasado a ser los dominantes. Y el periodismo es víctima de eso”.
Desde mi poca ilustre perspectiva dicha obra de Hugo Lombardi destapa un golpe real para quienes nos estamos formando pues “la academia te guía, pero la vida a palo te enseña “. Y así es, no siempre gana el mejor sino el más astuto; ya estarás diciendo en tus adentros -Que sabandija solo piensa en ganar sin importarle donde tenga que trepar –, pero vamos esa es la realidad, no te digo que lo hagas, solo sugiero que lo aceptes ¿Acaso ya no los has evidenciado? Dime ¿Dónde está la chica guapa y cool del salón que atraía a todas, no es la que hoy día anda en su lomo con hijos desesperada y un marido inútil?, Aa! pero que me dices del patito feo del salón ¿No es ahora una ejecutiva que la pubertad no le dio un golpe, sino que un sacudón? Ahí tienes por ojete a eso se le llama “conexiones” y vivimos en un mundo donde el que no tiene, las forma o se jode.
Este es el comentario más indulgente que he tenido hacia esta sociedad precaria, pero dime ¿Te identificaste no? Ya lo habías pensado solo que no eras capaz de escupirlo de tu propia boca. ¡Mmmm! sociedad de hipócritas es lo que somos tal y como lo dijo el personaje Saúl Faundez, respecto a la nota de “varguitas” sobre el homicidio cometido en el hotel del posicionado hacia su amante: “Ten compasión, la diferencia entre él y tú, reside en que tú lo pensaste mientras que él lo hizo.” En efecto estamos al borde del precipicio un poco más y seriamos la comidilla del vecindario, resultado que nos aterra porque aborrecemos la atención, pero al mismo tiempo la añoramos.
Ya con todo estarás preguntando ¿Cuál es el objetivo de mi escrito: insultarte, quejarme de la vida, desquitarme contigo o realmente trata de una crítica social? La verdad no tengo ni idea puede ser cualquiera de esas, tal vez en un momento de crisis se me ocurrió abofetear a la sociedad y por eso mis palabras se sienten tan ofensivas o por el contrario me inspire en un momento de éxtasis mental por lo cual mi critica de redacción se forra en la sociedad. en todo caso lo dejo a tu criterio ¿Cuál es menos caótico y más asertivo? ¿Cuál te toco a ti? Al fin y al cabo mis palabras yacerán en mi sepulcro, pero las ideas vivirán en tus pensamientos para formar nuevos.
“Los jóvenes a la obra los viejos a la tumba”, Manuel Gonzales prado