Escrito por: Diana Diaz, estudiante de Comunicación Social FUP
Editor/a: Diana Diaz
¿Qué es la pasión? ¿Por qué sentimos pasión? Según Aristóteles es una gran y terrible desgracia, en el diccionario de Oxford, definen pasión como un sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y turbar la razón.
Aún así, nuestro ser se ve inclinado a seguir y encontrar algo que lo apasione, que lo lleve más allá de sus límites, el sentirse realizado es una de las grandes satisfacciones de encontrar nuestro ardor, esa vaina que nos eriza la piel y nos impulsa a seguir avanzando.
Desgracia o fortuna, ¿Cómo podemos decidir hacia cuál lado se inclina la pasión? ¿Es realmente una terrible desgracia como lo pinta Aristóteles? Me gustaría tomar como ejemplo al protagonista de la película Tinta Roja, Alfonso Fernandez.
Alfonso es un joven tímido y sumiso, acaba de graduarse y comenzará sus prácticas en un periódico sensacionalista. Lleno de expectativas por cumplir su sueño de ser escritor, desea salir de esas prácticas tan pronto como entra, sobre todo al verse envuelto justamente en la sección de policiales.
Por un lado, tenemos la pasión desbordadora que siente Alfonso por la escritura, y esta misma pasión más la guianza de su jefe, lo que lo lleva a querer ser mejor cada vez que escribe una noticia de algún asesinato. Podemos ver claramente cómo la pasión es realmente un impulsor para moverse, pero, al mismo tiempo es esta misma lo que lo lleva a una vida sin control.
Durante la película, podemos ver cómo Fernández pierde por causa de su pasión, su capacidad para distinguir entre noticias que se pueden publicar y noticias que no, me imagino que el rodearse con cierto tipo de personas, puede desbloquear en ti ciertos talentos escondidos, sin embargo, al mismo tiempo, desboca en ti una ferocidad que no sabía que tenías.
Creo que la pasión no es en sí mala, pero así como Alfonso la enfrentó, es un claro ejemplo de la definición que nos da Aristóteles. Por otro lado, me gusta tomar también lo que es la pasión para Jean Jaques Rousseu “Todas las pasiones son buenas mientras uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan” Esto me lleva a pensar, no es suficiente con ser apasionado sobre algo, no es solamente pulir el talento que tienes, se trata de poder ser capaz de controlarlo, de entender hasta qué punto podemos llegar con él y crecer a la par.
Nosotros los seres humanos, estamos compuestos de las 5 personas con las que más pasamos tiempo, somos un reflejo de lo que leemos, lo que oímos. Fernandez es un jovencito con un talento increíble para escribir, y si bien su Jefe fue un detonador de su pasión, el ejemplo de vida fue lo que llevó a Alfonso a cambiar radicalmente, consumiendo incluso en algún punto, drogas.
Es por eso, que Roussou dice que cuando algo te esclaviza inmediatamente es malo, me parece que tenemos la capacidad de lograr grandes cosas, estamos diseñados para propósitos gigantes, en nosotros, fue puesta la pasión de hacer algo más allá, de cruzar las montañas y surcar los cielos.
Sin embargo, es nuestro deber no solo desarrollar esa pasión que hay en nuestro corazón, sino crecer a la par y así poder ser dueños de nuestro talento. Analizar nuestro entorno y tomar ejemplo solo de lo que nos fructifica. Encontrar las cosas agradables de la vida y hacerlas parte de nosotros. Crecer en nuestro ser a la par con nuestro talento.